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Dieta: prepárate «psicológicamente» para que sea efectiva!

Uno de los problemas más frecuentes que impide lograr la pérdida de peso, es el fracaso reiterado con las dietas. Muchas personas realizan “falsos comienzos de tratamiento”, solicita cita con la nutricionista, van a la consulta, pero no están dispuestas al cambio. Otros, realizan dietas muy restrictivas que no pueden sostener. Por estos motivos, es importante detectar donde está la falla y recién ahí empezar la etapa de cambio.


Existen tres recursos sicológicos fundamentales: decisión, actitud y voluntad.
Los resultados de su aplicación no sólo son el cambio en la alimentación o el descenso de peso, sino que sus efectos mejoran nuestra calidad de vida.

Los problemas para adelgazar

Hablan los expertos…

¿Por qué algunas personas no consiguen adelgazar?

Una de las dificultades más comunes que tienen estas personas es la falta de motivación.
Si una persona puede entender que en el estado de sobrepeso en el que está no se siente bien, puede que ahí nazca la motivación.
Pero, para que alguien pueda cambiar, tienen que pasar tres cosas: primero que la persona perciba que como está, no está bien; segundo que si cambia, las cosas mejoran y tercero que pueda cambiar.
Mucha gente no cumple las tres condiciones y siente que no puede cambiar porque las propuestas que le han dado son irreales, son dietas locas, de hambre, que producen o generan abstinencia de lo que más les gusta. Lo que hacen estas dietas es ir minando la seguridad hasta que un día se siente que no se bajará jamás de peso.

¿Por qué se cree que la gente adopta hábitos restrictivos y milagrosos?

Esto ocurre porque en nuestra sociedad hay un valor construido entre todos que es el de la delgadez. Como la belleza es abstracta, hoy belleza es sinónimo de delgadez. La gente quiere ser elegida y para eso está dispuesta a pagar cualquier precio, entonces, no se toma conciencia del costo que va a tener esa dieta milagrosa.


¿Hay que prepararse mentalmente para bajar de peso?

No se trata de mentalizarse sino tener ganas de un cambio. Mi objetivo tiene que ser cambiar mi estilo de vida, mi relación con la comida, mi movimiento y la alimentación (cantidad, elección, calidad, etc.), entendiéndolo como un proceso posible.

¿Qué técnicas son útiles para apuntalar la voluntad, el compromiso con la dieta y lograr el objetivo de adelgazar?

Se trabaja con muchas técnicas una de ellas tiene que ver con plantear el objetivo, porque una vez que sé a donde quiero ir busco la manera de hacerlo.
La otra es trabajar la falsa expectativa, proponerse llegar a un peso posible, que me sea cómodo sostener.
Actualmente, se trabaja con objetivos pequeños que se van secuenciando y adaptando a la realidad del paciente (hay personas que pueden aumentar más la actividad física, otras regular mejor la ingesta, controlar lo que compran en el supermercado, etc).

¿Cómo puede ayudar la familia a las personas que quieren bajar de peso?

La función de la familia es fundamental. Tiene que ser un equipo, la idea no es castigar ni al que está con sobrepeso ni al delgado. Es conveniente no poner gominolas/dulces en un armario y cerrarlo con llave por ejemplo, porque esto aumenta el deseo al ser presentado como algo prohibido.
La familia tiene que acompañar al que está intentando cambiar, compartiendo el momento, a la noche si están todos reunidos y tienen ganas de tomar un helado por ejemplo, repartir una porción para cada uno. Los atracones se generan cuando se prohíben los alimentos.

¿Cómo puede manejarse la ansiedad por alcanzar resultados?

Es importante no obsesionarse con la báscula y el peso porque no son recursos controlables. Lo que sí es controlable es qué relación y uso hago de la comida.
Si se implementa un cambio en el estilo de vida, en la relación con la comida y en el movimiento (qué actividad física se lleva a cabo para lograr la pérdida de peso) los resultados se dan naturalmente. Sólo es cuestión de tener ganas de cambiar y sentir que es posible hacerlo.

Los cinco paradigmas

que hacen fracasar la pérdida de peso

1- Basar la dieta en largos períodos sin comer.
Es el ejemplo de la persona que desayuna poco, no come prácticamentemerienda mal y a la noche no puede controlar su ingesta. Esto ocurre porque es importante diferenciar el hambre del apetito. El hambre es irrefrenable, el apetito, en cambio, se produce cuando la persona discrimina qué va a comer y qué no. Por eso es fundamental, no pasar más de cuatro horas sin comer.

2- Pensar que con actividad física es suficiente para bajar de peso.
Es el caso de las personas que hacen ejercicio una o dos horas al día y al terminar “atacan” alimentos fritos, por ejemplo.
Aunque la actividad física es muy importante para bajar de peso, tiene que estar acompañada de un plan alimentario saludable, por sí sola no sirve.

3- Dejarse llevar por información errónea en cuanto a los alimentos y su aporte calórico.
Otro error muy común es suponer equivocadamente qué se come y que no, por ejemplo, reemplazar el pan por galletas y terminar ingiriendo más calorías, dado que éstas últimas tienen un mayor aporte calórico.

4- Creer que los alimentos light nos conducen a bajar de peso.
Es muy habitual abusar de estos alimentos desconociendo su nivel calórico porque por lo general se termina consumiendo mayor cantidad y por lo tanto, se incorporan más calorías.

5- Para bajar de peso es importante la calidad del alimento y no la cantidad.
En algunos casos, se confunde la cantidad con el valor calórico del alimento. Esto es importante porque cualquiera sea el alimento si se excede demasiado en su consumo termina generando aumento de peso.

Te recordamos que en Clinica Credus contamos con un equipo especializado en la pérdida de peso, volumen,  mantenimiento y cualquier consulta nutricional o de estética corporal. Te esperamos