La comida pre-competición no debe interferir con el rendimiento deportivo. Sólo hay que tener en cuenta:
- Mantener y respetar el patrón dietético habitual, sin hacer cambios de última hora. Si el deportista no está acostumbrado a realizar cambios, una dieta muy rica en glúcidos simples a última hora puede desencadenar diarrea. Es importantísimo evitar el ayuno, no comer antes de la competición conlleva una clara reducción del rendimiento.
- Comer a la hora adecuada. Unas 4 horas antes del ejercicio, ya que en este tiempo rellenaremos los depósitos de glucógeno y el estómago tendrá tiempo de vaciarse. Se necesitan entre 75-150 g de glúcidos para reponer los niveles de glucógeno. No obstante, cantidades superiores pueden producir molestias gástricas.
- Aportar los nutrientes y líquidos necesarios, sin excesos y evitando ciertos alimentos. La dieta será rica en glúcidos, con algunas proteínas y pocas grasas. ¿Por qué proteínas? Porque nos van a servir para reducir la sensación de hambre. En cuanto a las grasas sí que deben reducirse al máximo por su lenta digestión, ya que ello interferiría con el aporte de sangre al músculo.
La comida post-competición debe ser rica en hidratos de carbono y líquidos, con el fin de reponer las pérdidas ocasionadas por el ejercicio. OJO!! La cantidad de comida puede ser superior a la habitual, siempre y cuando se eviten alimentos de difícil digestión.