Tiene la capacidad de aumentar la actividad lipolítica intracelular y favorecer por tanto, la liberación y movilización de ácidos grasos en el tejido adiposo.
Se ha demostrado que la ingestión de 330 mg. de cafeína una hora antes de la realización de un ejercicio prolongado, a una intensidad del 80%, da lugar a un aumento en la cantidad de ácidos grasos utilizados por el músculo y a un incremento del 19,3% en el tiempo de esfuerzo antes de llegar al agotamiento.
No obstante, debemos saber que:
– La cafeína debe tomarse de 3 a 4 horas antes de la prueba con objeto de conseguir los máximos beneficios.
– Las dosis deben ser del orden de 10mg./kg. de peso para que los efectos sean evidentes.
– Hay que tener cuidado con la tolerancia a esta sustancia, ya que cuanto mayor y más frecuente es el consumo sus efectos son menores de lo que cabría esperar.
– En los sujetos bien entrenados el efecto de la cafeína es menor ya que los efectos de esta sustancia se hallan ya potenciados por el efecto y las adaptaciones que comporta el entrenamiento.
– La cafeína está incluida en la lista de sustancias prohibidas por dopaje.