El índice glucémico es una medida comparativa de la rapidez de utilización de los diferentes glúcidos (comparar que glúcidos son absorbidos más rápidamente y cuáles más lentamente). Para ello se compara la curva de glucemia resultante de la ingesta de 50 g. del glúcido que queramos comparar con la curva de glucemia que resulta tras la ingesta de 50 g. de glucosa pura (utilizamos 50 g. de glucosa contenida en el pan blanco). Saber que en la ingesta de 50 g. de glucosa contenida en el pan blanco, el IG = 100%.
Por tanto, si el IG es alto, su absorción será rápida (los monosacáridos y disacáridos tienen un IG alto). Estos suponen un problema para los diabéticos.
SI el IG es bajo, su absorción será lenta. Los polisacáridos tienen IG bajo, especialmente los almidones ricos en amilosa.
En la práctica esto varía en función del tiempo que los glúcidos permanecen en el estómago (suelen permanecer poco tiempo aunque depende de si hay proteínas o lípidos (en este caso el tiempo se prolonga). Al mismo tiempo, la presencia de fibra enlentece la absorción de los glúcidos.